sábado, 13 de mayo de 2017

Depresión infantil

DEFINICIÓN


La depresión infantil puede definirse como una situación afectiva de tristeza mayor en intensidad y duración que ocurre en el niño. Se habla de depresión mayor cuando los síntomas son mayores de dos semanas, y de trastorno distímico, cuando estos síntomas pasan de un mes. 

Se considerará episodio depresivo mayor cuando por un periodo de al menos dos semanas hay cambios significativos de humor, pérdida de interés o placer (anhedonia). El estado de ánimo deprimido debe estar acompañado de un malestar o deterioro significativo, descartando primero cualquier otra enfermedad o influencia de algún medicamento.

Debemos tener claro las siguientes diferencias:

Síntomas depresivos. Son sentimientos normales (humor triste, sentimiento de infelicidad, etc.).
Síndrome depresivo. Se presentan en forma simultánea síntomas depresivos además de humor disfórico (contrario a la euforia), hay alteraciones en las áreas cognitiva, somática, psicomotora y motivacional.
Trastorno depresivo. Tiene que reunir características del síndrome depresivo y persistencia del mismo durante un tiempo mínimo, y cierto grado de incapacidad funcional.

Afirma C, Fernández (2003-2006) "La depresión es una enfermedad orgánica. Muchos de sus síntomas son psíquicos, pero otros (astenia, trastornos del sueño, falta de concentración, etc.) afectan a la esfera física. Las depresiones, tienen un claro componente bioquímico cerebral”

Según la OMS

La depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas. Además, las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes síntomas: pérdida de energía; cambios en el apetito; necesidad de dormir más o menos de lo normal; ansiedad; disminución de la concentración; indecisión; inquietud; sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza; y pensamientos de autolesión y suicidio.

Criterios diagnósticos para la Depresión mayor (DSM-IV)

    1.   Al menos uno de los tres estados de ánimo, que representa de significación respecto a la actividad previa.
    a)   Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día lo indica el sujeto (se siente triste o vacío), la observación por otros (llanto) al menos durante dos semanas.
     b)  Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día (según refiere el sujeto u observan los demás), durante dos semanas.
     c)  Hasta la edad de 18 años, estado de ánimo irritable la mayor parte del día, casi cada día, al menos durante dos semanas.
   2.  Al menos 5 de estos síntomas han estado presentes durante las mismas dos semanas del periodo depresivo.
    a)   Estado de ánimo depresivo. Irritable en niños.
    b)   Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todos y casi todas las actividades, la mayor parte del día.
    c)   Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (cambio de más del 5% del peso corporal en un mes) o pérdida o aumento de apetito. En los niños valorar los fracasos en lograr los aumentos de peso esperables.
    d)   Insomnio o hipersomnia cada día.
    e)   Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día
(observable por los demás.
     f)    Fatiga o pérdida de energía cada día.
     g)   Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo).
     h)   Disminución de la capacidad de pensar o concentrarse, indecisión, casi cada día.
     i)    Pensamientos recurrentes de muerte (no solo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o plan específico para suicidarse.
   3.  Los síntomas no son debidos a ideas delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado de ánimo.
   4.  Nunca ha habido un episodio maniaco, un episodio mixto o un episodio hipomaniaco.
   5.  Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (droga, medicamento, alcohol) o una enfermedad médica (hipotiroidismo).
   6.  Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (después de haber perdido un ser querido) los síntomas persisten por más de dos meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos o enlentecimiento psicomotor.
    La intensidad del cuadro se valora como leve, moderado, severo.
   
   Otro problema identificado es la incapacidad de crear y mantener relaciones satisfactorias con compañeros y profesores.
   Retraimiento ante las actividades sociales y extraescolares.
   Problemas de comportamiento, sin historia previa.
   Problemas somáticos repetidos sin explicación aparente.
   Bajo rendimiento escolar o en la adaptación.

Referencias:

Cristina Fernández Siendones. (2006). La Depresión Infantil: actualización 2003-2006. Centre Londres 94. Psiquiatría y Paidopsiquiatría. Familia Nova schola Recuperado de: www.centrelondres94.com/files/la_depresion_infantil_actualizacio…

Organización Mundial de la salud (2012). La depresión. Centro de prensa. OMS. Recuperado de http://www.who.int/mediacentre

CONCEPTUALIZACIÓN

La depresión es un concepto que ha causado que se abra un gran campo de investigación, ya que en la actualidad se reconoce que no solo son los adultos los que pueden “padecer” esto, sino ahora también se considera un problema que existe en niños y adolescentes.
     Aunque si es importante saber que en campo clínico existen muchos puntos de vista que van desde:
     *        En verdad debe considerarse una enfermedad, en referencia a un cuadro clínico, o solo es un trastorno de la etapa.
    *        Por otro lado, si para realizar el concepto se debe tomar en consideración a la depresión en general, o crear uno que solo se refiera a la niñez y adolescencia.
En la actualidad se pretende formar un concepto tomando en cuenta la generalidad de la depresión adulta, es decir, tener en cuenta que la depresión nos habla de: un estado de ánimo disfórico, que se presenta por más de una semana y que lleva a la disminución de peso, energía, placer sexual y dificultad para la concentración.
Sin embargo, existen distintos autores que proponen que el concepto de “depresión infantil y adolescente” debe incluir también otros aspectos relacionados con la etapa en que se presenta, aquí algunos ejemplos:

    *        Poznanski y Zrull (1970) proponen incluir la tristeza, autoimagen negativa (excesivo auto criticismo, sentimientos de inadecuación), retraimiento, excesiva preocupación por la muerte, y dificultades de sueño.
     *        Campbell (1952), Dyson y Barcai (1970) y Varsamis y McDonald (1972) describen unos síntomas de naturaleza periódica o cíclica, incluyendo lentitud psicomotora, rechazo escolar, pérdida de interés, retraimiento en la fase depresiva, y actividad mental extrema, hiperactividad motórica y verborrea en la fase maníaca o hipomaníaca.

    *        Cytryn y McNew (1972) conciben, en cambio, la enfermedad depresiva en la etapa infanto-juvenil como un afecto predominantemente disfórico de larga duración (varios meses) y lo asocian con incapacidad grave en las áreas de funcionamiento personal, social y vegetativo.


En la actualidad, los desórdenes mentales se consideran un serio problema de salud pública, dentro de estos trastornos se encuentra la Depresión (o depresión clínica), que es un trastorno del estado de ánimo o afectivo, la depresión infantil no se había estimado como una entidad propia, ya que se consideraba la misma sintomatología que en el adulto y se creía era un estado pasajero, propio de la edad. 

La depresión infantil ha sido considerada como tal a partir de los años setenta del siglo XX, sin embargo, anteriormente se hicieron referencias al estado de melancolía que se encontraba en los niños y las causas del suicidio infantil.  Al respecto, Polaino (1988) menciona que se encuentra información acerca de los trastornos infantiles que datan de 1621, en la obra Anatomía de la Melancolía de Robert Burton, en la que, aunque la mayoría de la información se refiere al estado adulto, hace mención acerca de la melancolía infantil.
Más tarde, en el siglo XIX, a través de diversos autores en Europa, como Charles West en Gran Bretaña, Emminhaus en Alemania, Delsiuave, Moreau de Tours y Filibiliu en Francia y Vidal Perera en España, el estado patológico de la melancolía infantil comienza a tener mayor difusión, sin embargo aún no es considerado un tema específico, ya que sigue prevaleciendo el concepto de depresión en el adulto. 
En la década de los setentas del siglo XX, debido al auge del cognitivismo y la importancia que adquieren los aspectos subjetivos, el concepto es ampliamente aceptado y se hacen investigaciones en la que algunos autores sostienen que la depresión infantil puede equipararse a la depresión en adultos y, por lo tanto, utilizar los mismos instrumentos para su diagnóstico. 

El concepto actual señala los siguientes como elementos nucleares constitutivos de la depresión: la Disforia (emoción desagradable como tristeza, irritabilidad, etc.), anhedonia e ideación suicida, mientras que otros elementos que también se presentan en la depresión son parte de otras alteraciones, entre ellos se encuentran la baja autoestima, alteraciones del sueño, aislamiento social, alteraciones del apetito y peso e hiperactividad.




La ocurrencia de la depresión en niños y adolescentes se ha incrementado en los últimos años.

Los partidarios de una depresión infantil específica ubican dos tendencias: los evolucionistas, que opinan que la depresión infantil se va transformando según la época evolutiva de la vida del niño en que se presenta, sostienen una DI evolutiva y aquellos que sostienen la existencia de la depresión infantil con una sintomatología propia, no equiparable a la del adulto, especialmente relacionada con problemas de conducta de allí en nombre de DI Enmascarada, puesto que muchos profesionales equivocan su diagnóstico.

Según C. Fernández (2003-2006) menciona que: “se acepta que la depresión mayor es un trastorno que se desarrolla en la infancia y la adolescencia con perfiles sintomáticos similares a la edad adulta, aunque pueden existir con mayor frecuencia variaciones en la expresión de los síntomas, tipo de alteraciones de la conducta, molestias somáticas o hiperactividad, según el momento emocional y cognitivo”.  

Actualmente los criterios DSM IV-TR utilizados en el niño y el adolescente son similares al del adulto. Consideremos que, el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de deprimido, y se valorará el fracaso de lograr los aumentos de peso esperables, no como en el adulto (obesidad o anorexia).



Referencias:
Polaino, A. (1988) Las depresiones infantiles. España: Morata eds. Recuperado de: https://books.google.com.mx/books?hl=es&lr=&id=YxCXh5ZvTksC&oi=fnd&pg=PA11&dq=Psicolog%C3%ADa+depresi%C3%B3n+infantil&ots=uGfUhT1eXA&sig=2owgyxk_lz-qlOagEhDFQydyhQE#v=onepage&q=Psicolog%C3%ADa%20depresi%C3%B3n%20infantil&f=false


Cristina Fernández Siendones  Depresion infantil : actualizaciones 2003-2006. Recuperado de: https://www.google.com.mx/url? sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwiPt4DU9O3TAhUo7oMKHc5zBooQFggpMAE&url=http%3A%2F%2Fwww.centrelondres94.com%2Ffiles%2Fla_depresion_infantil_actualizacion_2003_2006.pdf&usg=AFQjCNEmZMtk0edwMlZiRwdIr0JCfHV6uA&sig2=At5UlA9lkTi-1RNhUHF-fg


García, J. y Rodríguez, J. (1998) Depresión en la adolescencia: presentación de un caaso. En F.X. Méndez y D. Maciá A. (Comps.) Modificación de Conducta con Niños y Adolescentes. Madrid: Ediciones Pirámide.





viernes, 12 de mayo de 2017

ETIOLOGÍA


Existen múltiples factores que se asocian a los trastornos de humor en la infancia y adolescencia. Se considera más la compleja interacción de factores de carácter biológico, social, que sirven de base a la aparición de las distintas conductas normales y patológicas. 
Se da cierta vulnerabilidad personal, familiar y ambiental que dan lugar a una conducta desajustada, según C, Fernández (2003-2006).

Se pueden agrupar en dos grandes modelos:
    1.   Modelo biológico. Explican:
·         Por disminución de la serotonina (neurotransmisor cerebral)
·         Por disfunción del sistema neuroendocrino (aumenta los niveles       de cortisol y disminuye la hormona de crecimiento)
·         Por efectos de la herencia (padres depresivos)

     2.   Modelo psicológico. Se pueden distinguir:


·         Psicoanálisis: cree que la depresión se produce por la pérdida de un objeto (Spiz). Puede ser la autoestima (del yo. Según Freud), o la muerte de un ser querido.


·         Conductual: cree que la depresión infantil se produce por la falta de reforzamientos (Lazarus), deficiencia de habilidades sociales (Lewinsohn,1974) y acontecimientos negativos en la vida del niño.


·         Cognitiva: la existencia de juicios negativos, errores y distorsiones cognitivas de sí mismo, de el mundo que lo envuelve y del futuro, fracasos, modelos depresivos (Bandura), indefensión aprendida (Seligman), ausencia de control (Rehm,1977), atribuciones negativas.



    Existe también una gran influencia de la familia y la escuela para que se pueda desencadenar la Depresión en el niño.
   
  
   Akisgal y McKinney (1975) desglosaron los modelos explicativos de la depresión en cinco escuelas importantes: psicoanalítica, conductual, sociológica, existencial y biológica.
    Estos autores describen la enfermedad depresiva como la resultante de la interacción de varios factores que incluyen: vulnerabilidad genética, acontecimientos del desarrollo, acontecimientos psicosociales, estresantes fisiológicos y rasgos de personalidad.
   La línea explicativa conductual incluye fundamentalmente los modelos de Ferster, Lewinsohn, Beck y Seligman.
ü Ferster nos dice que la depresión es un cuadro de debilitamiento o inhibición generalizada del comportamiento como consecuencia de una pérdida, retirada o disminución del refuerzo desde el entorno social. La reducción del refuerzo conlleva el debilitamiento o la extinción de las conductas que estaba manteniendo, dando lugar a una mayor pasividad y menor emisión de conductas reforzantes y reformables, lo cual conecta al sujeto al cuadro depresivo.
ü Lewinsohn describe las dificultades del individuo para la obtención del refuerzo perdido como causa central en el mantenimiento de la depresión.
ü Beck centra la explicación de la depresión en las distorsiones cognitivas y en las interpretaciones que el sujeto hace de los acontecimientos, La percepción de sí mismo, del entorno y del futuro en términos negativos constituyen la triada cognitiva que Beck coloca a la base de la depresión.
ü Seligman nos dice que las personas deprimidas han aprendido que los efectos que siguen a sus conductas son incontrolables. Tal aprendizaje se traduce en «déficits cognitivos».



         Referencias:
    ME Acosta Hernández, T. Mancilla Percino, J. Correa Basurto, M. Saavedra Vélez, FR Ramos Morales, J.S. Cruz Sánchez, S. Duran Niconoff. (2011). Depresión en la Infancia y adolescencia: enfermedad de nuestro tiempo. Arch. Neurocien (Méx), vol.16, No 1, 20-25. ©INNN, 2011


      Cristina Fernández Siendones. (2006). La Depresión Infantil: actualización 2003-2006. Psiquiatría y Paidopsiquiatría. Centre Londres 94.  Familia Nova schola Recuperado de: www.centrelondres94.com/files/la_depresion_infantil_actualizacio… 

       

         García, J. y Rodríguez, J. (1998) Depresión en la adolescencia: presentación de un caaso. En F.X. Méndez y D. Maciá A. (Comps.) Modificación de Conducta con Niños y Adolescentes. Madrid: Ediciones Pirámide.






TIPOS DE EVALUACIÓN

imagen de pixabay.com

Los instrumentos de evaluación de la depresión infantil varían según el marco teórico del que se derivan y de lo que se pretende medir. 

Pueden usarse:

 1.   Entrevistas estandarizadas, inventarios, escalas, cuestionarios, test pictóricos, y otros.
    2.   Observación de conductas, registro de conductas, y aplicación de juego infantil.
    3.   La historia clínica debe recoger antecedentes personales y familiares, inicio y evolución de la sintomatología.
    4.   Exploración física y mental del niño
    5.   Estudios de laboratorio como determinación de los niveles de cortisol y hormona de crecimiento, función tiroidea, hepática y renal. 
    6.   Electroencefalograma (EEG), Electromiografía (EMG) facial.        
    7.   Exploraciones complementarias:
     *Auto informativos: contestados por el propio paciente
    ¨Inventario de depresión infantil (CDI) para niños de 8 – 13 años.
    ¨Cuestionario de depresión para niños de entre 8 – 16 años.   
    ¨Cuestionario español para depresión infantil (CDEI) de 5-10 y 11-16 años.
    ¨RCDS de Reynolds para niños y adolescentes.
    ¨Escala de Beck de depresión para mayores de 16 años.

     *Heteroinformativos: contestados por los padres, profesores, pediatras o los propios compañeros.
    ¨ Profesores TARSC y ESDM (preescolares).
    ¨ Padres CBCL (preescolares y escolares), PIC y ESDP.
    ¨Compañeros PNID (escolar).
   ·      Entrevistas estructuradas y semi estructuradas
   ¨CDRS-R para escolares.
   ¨DISC-R
   ¨BID
   ¨GRASP para escolares

   ¨PRESS para prescolares. Basada en dibujos




A continuación, se exponen detalles de algunos instrumentos de evaluación:

Children’s Depression Inventory (CDI) de Kovaks y Beck (1977).
El CDI es aplicable para niños y jóvenes de 8 a 17 años. Consta 27 items, cada uno compuesto por tres frases y el formato de respuesta es de opción múltiple de 3 grados de depresión: 0 indica normalidad, 1 indica cierta intensidad no incapacitadora y 2 es indicio de síntoma depresivo. En general se utiliza un resultado a partir de 19 puntos para establecer la sintomatología depresiva en elevados niveles.


Children’s Depression Rate Scale (CDRS) de Pozanski y cols. (1979).
Surge a partir de la adaptación del Hamilton Depression Ratin Scale.  Dirigido a la población entre 6 y 12 años, abarca conductas como humor, comunicación, quejas y síntomas vegetativos. Consta de una entrevista y 16 items que son puntuados después de ella. Cada ítem contiene categorías de calificación que van de 0 a 2 ó 5 puntos y la información proviene de los niños, padres y personal médico.

Children’s Depression Rate Scale – Revised (CDRS - R) de Pozanski y cols. (1984).
Los autores decidieron modificar y actualizar La CDRS de manera que se evaluara la severidad de la depresión y la información relevante es la proporcionada por el niño. Consta de 17 items, de los cuales 14 se relacionan con la información verbal y los 3 restantes con la información no verbal. La escala de evaluación va del 1 al 7, siendo éste último el indicador de sintomatología depresiva.


   Bellevue Index of Depression (BID) de Petti (1978).
Orientado para la población de 6 a 12 años, consta de 40 items a evaluar con base en los criterios de Weinberg (como humor disfórico, perturbación del sueño, empeoramiento del rendimiento escolar, entre otros), y la escala máxima es de 4 puntos para síntomas y también se evalúa la duración de la sintomatología, cuya evaluación va de 1 a 3 puntos, siendo 1 igual a un mes o menos, y el 3 igual a 6 meses o más.  Petti estableció que se debía alcanzar un puntaje de 20 como mínimo para emitir el diagnóstico de depresión en el niño.

Referencias:
Del Barrio, V. (1994). Autoestima y depresión en niños. En: Revista de Psicología Gral. Y Aplic., 47(4), pp. 471-476. Recuperado de: https://scholar.google.com/scholar?hl=es&q=la+autoestima+y+la+depresi%C3%B3n+en+ni%C3%B1os&btnG=&lr=

Polaino, A. (1988) Las depresiones infantiles. España: Morata eds. Recuperado de: https://books.google.com.mx/books?hl=es&lr=&id=YxCXh5ZvTksC&oi=fnd&pg=PA11&dq=Psicolog%C3%ADa+depresi%C3%B3n+infantil&ots=uGfUhT1eXA&sig=2owgyxk_lz-qlOagEhDFQydyhQE#v=onepage&q=Psicolog%C3%ADa%20depresi%C3%B3n%20infantil&f=false



Cristina Fernández Siendones. (2006). La Depresión Infantil: actualización 2003-2006. Centre Londres 94. Psiquiatría y Paidopsiquiatría. Familia Nova schola Recuperado de: www.centrelondres94.com/files/la_depresion_infantil_actualizacio…

jueves, 11 de mayo de 2017

ESTUDIOS E INVESTIGACIONES



1. Autoestima y depresión.
En 1994 se realizó un estudio en España (Del Barrio, V. 1994), para conocer
el tipo de relación entre autoestima y depresión en la población infantil española.
La muestra de este estudio fue de 656 niños y 630 niñas con edades de 8 a 13 años, a quienes se aplicaron los siguientes Instrumentos de medición: Para la depresión: Children´s Depression Inventory (CDI) de Kovaks y Beck (1977); para la autoestima: Cuestionario A-1 de Martorell y Silva.
Los resultados que se obtuvieron mostraron que el 8.2 por ciento de los sujetos del estudio, presentaron 19 puntos o más, esto significa que se encuentran en la escala de sintomatología depresiva elevada. Así mismo, acuerdo con los resultados arrojados por el CDI y el análisis estadístico, no hay diferencia significativa entre la cantidad de niños o niñas que presentan síntomas depresivos, es decir, no hubo un sexo en particular que presentara una mayor incidencia depresiva. 
Finalmente, en cuanto a la autoestima, se encuentra una relación negativa en cuanto a la depresión, siendo esto: A mayor sintomatología depresiva se presentan niveles más bajos de autoestima. 

2. Propiedades psicométricas del CDRS-R en adolescentes.
En 2010 se lleva a cabo un estudio para validar las propiedades psicosométricas del instrumento CDRS-R de Poznanzki y colaboradores, en su versión de 1996. Al efecto se tomó una muestra de 145 adolescentes entre las edades de 12 a 18 años que fueron presentaban síntomas depresivos. Los resultados mostraron la validez y correlación del CDRS-R en la actualidad.

3. Relación entre impulsividad y depresión infantil.
En este estudio el objetivo fue encontrar la relación existente entre el comportamiento impulsivo del niño y la posibilidad de que este comportamiento enmascare el padecimiento de depresión infantil (DI).
Realizado en el 2001 en México, toma como muestra a 128 niños y 31 niñas en edades de entre 10 y 12 años, cursando el quinto y sexto grado de primaria en un colegio privado. De esta muestra se eligieron a 29 con sintomatología depresiva y 27 sin ella.
Los instrumentos de medición usados fueron:
Matching Familiar Figures Test-20 (MFFT-20) que es una prueba de emparejamiento perceptivo de figuras. Este test pretende separar los criterios de eficiencia – ineficiencia (rápido, exacto – lento, inexacto), del de reflexividad – impulsividad (tiempo largo, pocos errores – tiempo corto, mayor número de errores).
Inventario de Depresión Infantil (CDI, por sus siglas en inglés), en el que, a mayor puntaje, mayor la intensidad de la sintomatología depresiva, siendo la mayor puntuación 54 puntos. Esta prueba evalúa los síntomas cognoscitivos, emocionales y psicosomáticos, problemas escolares, sociales y otras conductas.
Los resultados de este estudio arrojaron que las diferencias de comportamiento en el niño, como hiperactividad o agresividad, señalan depresiones enmascaradas, siendo más típicas a cierta edad en la niñez.

En conclusión de este estudio, apunta que las acciones dirigidas para disminuir la impulsividad e implantación de estrategias para resolver eficazmente los problemas y para mejorar la adaptación a las circunstancias, podría ayudar al ofrecer distintos enfoques al intervenir en la depresión infantil. 


Referencias :

Buela, G., Carretero, H., De los Santos, M. (2001). Relación entre la depresión infantil y el estilo de respuesta reflexivo-impulsivo. En Salud Mental, 24(3) jun. Recuperado de: http://www.medigraphic.com/pdfs/salmen/sam-2001/sam013d.pdf

Del Barrio, V. (1994). Autoestima y depresión en niños. En: Revista de Psicología Gral. Y Aplic., 47(4), pp. 471-476. Recuperado de: https://scholar.google.com/scholar?hl=es&q=la+autoestima+y+la+depresi%C3%B3n+en+ni%C3%B1os&btnG=&lr

Mayes, T. Bernstein, I., Haley C., Kennard, B. & Emsile, G. (2010) Psychometric Properties of the Children's Depression Rating Scale–Revised in adolescents. doi:  10.1089/cap.2010.0063

ESTRATEGIAS Y PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN

Como hemos visto la Depresión es un serio problema de salud pública, es alarmante el incremento de dicho padecimiento, puede afectar a cualquier persona, incapacitándola en la realización de sus tareas cotidianas, provocando angustia mental, deterioro de las relaciones con la familia y amigos, en el peor de los casos puede llegar al suicidio que reclama cientos de vidas cada año. 

La falta de detección temprana de casos de depresión en niños y adolescentes, la falta de apoyo a las personas con trastornos mentales, junto con el miedo al estigma, impiden que muchos accedan al tratamiento que necesitan para vivir vidas saludables y productivas.

 Sin embargo, se puede prevenir y tratar, salvando así a más personas en riesgo, para ello, se considera que la inversión en salud mental beneficia el desarrollo económico y la falta de acción es más costosa.

En el Centro de datos de investigación del Programa de Acción en Salud Mental (mhGAP) ofrece materiales de antecedentes, documentos en proceso, datos de investigación y recomendaciones. Esta organizado en torno a enfermedades prioritarias. Publicó la guía mhGAP para los trastornos mentales, neurológicos y por el uso de sustancias en el nivel de atención de salud no especializada. Entre ellas la Depresión.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha una campaña de duración de un año cuyo lema es “Hablemos de Depresión”.

El objetivo de la campaña es que un número cada vez mayor de personas con Depresión, en todos los países, pida y obtenga ayuda.
Que el público este mejor informado de que es la Depresión, sus causas y sus posibles consecuencias, incluido el suicidio, sobre la ayuda de que se dispone para la prevención y tratamiento de la enfermedad.
Que las personas sin tratar pidan ayuda.
Que los familiares, los amigos y los colegas de las personas con depresión puedan apoyarlas.
Para que conozcas más de la campaña puedes consultar:


Vídeo sobre Depresión:

https://www.youtube.com/watch?v=XiCrniLQGYc&feature=youtu.be



La secretaria de Salud ha implementado acciones para la detección oportuna de la Depresión infantil en nuestro país. Para más información consulta esta liga:

Secretaria de salud
https://www.gob.mx/salud/articulos/irritabilidad-tristeza-o-enojo-pueden-ser-sintomas-de-depresion-infantil?idiom=es


Y sobre todo está en nuestras manos contribuir a la detección oportuna de la Depresión en niños y adolescentes, no hagamos caso omiso ante este problema que es cada ves mayor y que cobra mas vidas. "Salvemos a nuestros niños"





La prevención resulta en muchos sentidos mejor que la curación, sin embargo existe forma de ayudar a  niños y adolescentes  con Depresión.

Deben considerarse tres tipos de Intervenciones:
·        Farmacológicas
·        Psicológicas
·        Socio familiares

Para los casos de depresión leve y moderada, la psicoterapia es la primera elección y de tipo conductivo-conductual.

La farmacoterapia seria de primera elección en depresión moderada-severa, depresión psicótica o cuando no hay respuesta a la psicoterapia en depresión leve-moderada. Lo ideal es el tratamiento combinado dado que los problemas ambientales y sociales asociados disminuyen cuando el trastorno del humor se ha estabilizado con los antidepresivos, se incrementa el bienestar y la autoestima, las estrategias adaptativas mejoran, al igual que las relaciones familiares y sociales.

La Psicoterapia enseña a los pacientes y a sus familiares a hacer frente a los agentes estresantes pasados y presentes, a los conflictos interpersonales, familiares, sociales y académicos entre otros que están asociados a la depresión.

Existen diferentes  tipos de terapias psicológicas:
   a)  Terapia cognitivo-conductual. Se basa en la premisa de que los          pacientes deprimidos tienen distorsiones cognitivas en el modo en    que se ven ellos mismos, ven su entorno y futuro, y en que estas      distorsiones cognitivas contribuyen a su depresión.   
   b)  Terapia interpersonal. Es una psicoterapia breve, que fue diseñada    para adultos, se basa en las relaciones sociales del individuo y el      estado actual de las mismas.
   c)  Terapia psicodinámica. La técnica del juego es la vía de acceso al      material inconsciente. Los juguetes son los instrumentos para          conocer la fantasía inconsciente.
     Intervenciones socio familiares. Son parte integral del tratamiento    de la depresión en niños y adolescentes



Boletín de ayuda:
Depresión. Lo que usted debe saber
https://infocenter.nimh.nih.gov/pubstatic/SP%2015-3561/SP%2015-3561.pdf



Cristina Fernández Siendones. (2006). La Depresión Infantil: actualización 2003-2006. Psiquiatría y Paidopsiquiatría. Centre Londres 94.  Familia Nova schola Recuperado de: www.centrelondres94.com/files/la_depresion_infantil_actualizacio…